En un pronunciamiento histórico 10 Gobiernos se oponen, junto a representantes políticos, líderes religiosos y sociedad civil, a la manipulación de la Cumbre ICPD25 para imponer el aborto y la ideología de género.
La Cumbre se ha celebrado del 12 al 14 de noviembre en la capital de Kenia, con ocasión del 25 aniversario de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (ICPD) de El Cairo.
El Vicepresidente de la Political Network for Values, Rodrigo Iván Cortés, afirmó desde Nairobi que “se ha producido un pronunciamiento histórico, en el que 10 países miembro, mediante una Declaración Conjunta, han denunciado que lo que se está llevando a cabo en Nairobi está fuera del marco de Naciones Unidas, no se ha respetado ninguno de los procedimientos para llegar a un acuerdo internacional y las discusiones se han realizado sin la participación de muchos países”.
La Cumbre ha sido financiada por lobbies multimillonarios como International Planned Parenthood Federation, Rockefeller Foundation u Open Society Foundation, quienes han querido imponer una agenda que no se basa en los acuerdos del El Cairo y que pretende introducir, sin el respaldo de los países, los llamados derechos sexuales y reproductivos, que incluyen el aborto. Se trata de un nuevo imperialismo ideológico que no se mueve ni por el interés del desarrollo ni el de la población, y que ignora sus necesidades reales.
La representante especial para Asuntos Globales de Salud Mundial de las Mujeres de Estados Unidos, Valerie Huber, fue la encargada de leer la Declaración presentada por Estados Unidos, Brasil, Bielorusia, Egipto, Haiti, Hungría, Libia, Polonia, Senegal, Santa Lucía y Huganda.
Huber destacó que los países en desarrollo siguen enfrentándose a graves dificultades económicas y a un entorno económico internacional desfavorable, y que el número de personas que viven en la pobreza absoluta sigue siendo demasiado elevado. Las predicciones de crecimiento de la población incluidas en el Programa de Acción de la ICPD no se han cumplido. De hecho, en la mayoría de las regiones del mundo de hoy, la fecundidad está por debajo de las tasas de reemplazo de la población. En consecuencia, la planificación familiar debe centrarse tanto en la consecución voluntaria del embarazo como en su prevención.
Y continuó diciendo que “no apoyamos las referencias en los documentos internacionales a términos y expresiones ambiguos, como la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SRHR por sus siglas en inglés), que no gozan de consenso internacional”. “No existe un derecho internacional al aborto; de hecho, el derecho internacional establece claramente que toda persona tiene derecho a la vida, la libertad y la seguridad y que la familia es la unidad básica de la sociedad y como tal debe ser fortalecida”.
“En la Conferencia de El Cairo quedó claro que el aborto no podría ser considerado como un método de planificación familiar y que la implementación de los acuerdos se realizaría conforme a la legislación y las prioridades de desarrollo de cada país soberano, con pleno respeto de los valores religiosos, éticos y culturales de su pueblo, y de conformidad con los derechos humanos universalmente reconocidos”.
Más de medio centenar de representantes políticos de Europa, América y África habían sumado su voz a la de los líderes de las principales confesiones religiosas de Kenia (cristianas, musulmanas e hindúes), quienes en los días previos a la Cumbre habían denunciado su agenda por ser contraria a la moral de sus pueblos, promover el aborto y atentar contra el derechos de los padres a la educación de sus hijos. La sociedad civil se ha sumado a esta denuncia movilizándose a las puertas de la Cumbre a lo largo de sus dos jornadas de duración.
La delegación del Vaticano declinó participar en la controvertida Cumbre.