Por Giuliana Caccia | La tragedia que vive Colombia con la despenalización del aborto hasta la semana 24 (aunque en realidad es hasta el mes 9), a través de un fallo de la Corte Constitucional, no es consecuencia de un día de trabajo. Son años en los que los promotores de la agenda del aborto, como parte de la agenda del género, vienen dando pasos, uno a uno.
Y van avanzando, primero con lo que llaman «aborto por violación» para luego lograr el aborto libre y el infanticidio. Hay países en los que ya, por ejemplo, matar a un bebé recién nacido es llamado «aborto por parto parcial».
En el aborto por parto parcial, el médico manipula al bebé para que primero salgan las piernitas del canal de parto y antes de que saque la cabeza, lo mata. Pero entender el aborto y sus «trucos», cómo venden bondades llenas de falacias, es un tema muy complejo.
Es importante entender bien los intrincados de las leyes donde, por ejemplo, dicen que se puede abortar por violación hasta los nueve meses sin denuncia previa. Y no lo llaman aborto libre sino «aborto por violación».
Además «por violación» pueden abortar las niñas mayores de 14 años sin permiso de los padres, o menores de 14 con al menos el permiso de un padre o de un juez. Sin previa denuncia contra el agresor; y vulnerando groseramente la patria potestad.
Claro, si no requieres de previa denuncia contra el agresor, el mismo padre que puede ser el agresor, lleva a la niña a abortar sin que la madre sepa. O la madre lleva a la niña a abortar encubriendo al agresor, ya que no piden la denuncia. Basta una declaración jurada.
El tema es complejo. Es importante entender el manejo político de esta agenda abortista y entender, además, en qué etapa está en el Perú y en otros países donde aún no se ha liberado.
Por lo pronto, me uno al dolor de los colombianos que ayer vieron cómo se coronó como legal el más horrendo de los crímenes de nuestra especie: el asesinato al ser humano más inocente y con mayor potencialidad.
Llegado a este punto, el camino de retorno a la civilización será muy arduo y arrastrará consigo muchas más víctimas que cualquier guerra en la historia de la humanidad. Si hoy se puede matar un bebé legalmente, mañana sin problema se descartará a un enfermo o discapacitado.
La dignidad y el respeto a la vida como un bien absoluto están diluyéndose a merced de una ideología nefasta y absurda. Lo bueno, dentro de toda esta tragedia, es que las ideologías siempre caen. Y la verdad siempre vence. Y ésta no será la excepción.
Giuliana Caccia es directora del centro de pensamiento Origen – Vanguardia y Cambio Cultural, con sede en Lima, Perú.