ANALISIS | Por Diego Hernández | En el primer día de gobierno de su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, Donald Trump dejó muy claro que implementará rápidamente la agenda nacionalista que prometió en campaña. Anunció que su administración pondrá a Estados Unidos en primer lugar y que centrará todos sus esfuerzos en que el país vuelva a ser fuerte, seguro y prospero.
Pero sus discursos en el Capitolio y en el mitin de inauguración, así como sus primeras ordenes ejecutivas, también anunciaron el inicio de una “revolución» – así la llamó él – para recuperar el sentido común en la función pública. Esa “revolución» fue reafirmada por Trump al dirigirse al Foro Económico Mundial.
Una de las ovaciones más largas durante su discurso en el Capitolio fue para una frase que muestra lo que esa «revolución del sentido común” significará: «a partir de hoy, la política oficial del Gobierno de Estados Unidos será que solo hay dos géneros, masculino y femenino”.
Con esa apuesta por el “sentido común”, Trump abrió ventanas de oportunidad en cinco temas de importancia capital para quienes impulsan una agenda cultural y política que promueve los valores fundamentales:
- El combate a la ideología de género.
- El fortalecimiento del protagonismo de los padres en la educación de sus hijos.
- La defensa de la libertad de expresión.
- La protección de la libertad religiosa.
- La afirmación de la soberanía nacional frente a la injerencia organismos internacionales.
Un golpe contundente al lobby de género
Trump afirmó en el Capitolio que pondría fin «a la política gubernamental de imponer la raza y el género como criterios determinantes en todos los aspectos de la vida pública y privada” y pocas horas después concretó ese anuncio con tres de las 41 ordenes ejecutivas que firmó ese día.
Comenzó demoliendo el soporte gubernamental que la administración Biden montó para impulsar y fortalecer la agenda y los lobbies de género. Su primera orden ejecutiva derogó 70 disposiciones de su antecesor, cinco de las cuales imponían la ideología trans y elegebeté de diversas formas, incluso en las Fuerzas Armadas.
Otras dos ordenes ejecutivas de Trump establecen la protección del gobierno a la realidad de la existencia de solo dos sexos y erradican todos los programas de «diversidad, equidad e inclusión» en la administración federal.
Lea las ordenes ejecutivas aquí, aquí y aquí.
Las ordenes de Biden relacionadas a este tópico que fueron derogadas pueden ser leídas aquí (en inglés): 1, 2, 3, 4, 5.
Respaldo indirecto a los padres de familia
La aplicación de estas tres ordenes ejecutivas relativas a “género» tendrán un impacto significativo en los ambientes escolares, respaldando, de forma indirecta, el protagonismo de los padres en la educación de sus hijos. En el mitin de inauguración el presidente fue enfático: «sacaremos de nuestras escuelas la teoría crítica de la raza y la locura transgénero”. Por tanto, pueden esperarse otras acciones gubernamentales en ese sentido.
Este tema ha movilizado a millones de personas en todo el país y está en la pauta de la Suprema Corte, que analizará este año una demanda contra una junta escolar en Maryland que prohibió a un grupo de familias católicas, ortodoxas y musulmanas retirar a sus hijos, de incluso 3 y 4 años de edad, de las clases donde imparten ideología de género y muestran contenido sexual.
Fortalecer explícitamente el derecho de los padres a educar a sus hijos es de capital importancia para consolidar progresivamente el relevante cambio cultural que acontece en Estados Unidos.
Defensa y protección de las libertades fundamentales
En su discurso de investidura, Trump también criticó los esfuerzos de la administración Biden para restringir la libertad de expresión bajo el pretexto de combate a la “desinformación” y, horas después, firmó una orden ejecutiva que cesa inmediatamente todo tipo de censura operada por el gobierno y da otras disposiciones para restablecer el derecho de expresar pacíficamente las propias convicciones.
Lea esa orden ejecutiva aquí.
En esa misma línea, por la tarde, en el mitin de inauguración, Trump se comprometió a defender la libertad religiosa y, aunque aún no ha emitido ninguna disposición en ese sentido, la abogada Pam Bondi, ex fiscal general de Florida, nominada por el presidente para ocupar la Secretaría de Justicia, ha dicho que acabará con todo tipo persecución gubernamental a los cristianos y con cualquier tentativa de instrumentalización para restringir la libertad religiosa.
Freno a las injerencias globalistas
Finalmente, en su discurso de pose, Trump dijo: «nuestra soberanía será restablecida” y el primer paso que ha dado para frenar la indebida injerencia de organismos internacionales en la política interna de su país fue firmar una orden ejecutiva que retira a los Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto representa un duro golpe financiero para esta agencia que perderá, de forma inmediata, 18% de su presupuesto total. También retiró a su país de Acuerdo de Paris.
Además firmó otra orden ejecutiva en la que suspende la ayuda exterior que brinda Estados Unidos. Todos los repases financieros serán revisados y se eliminarán aquellos que no estén alineadas con «los intereses y valores estadounidenses”, así como los que “promuevan ideas que son inversas a las relaciones armoniosas y estables» con los pueblos.
Estas iniciativas limitará la acción de organizaciones y agencias internacionales que impulsan formas de colonización ideológica y debilitan la familia y el derecho a la vida, el gran tema ausente en la agenda Trump.
Lea esas ordenes ejecutivas aquí y aquí.
Un posible efecto dominó
La salida de Estados Unidos de la OMS debilita a una agencia de las Naciones Unidas que, desviándose de su mandato, es una de las principales promotoras del aborto como «asunto de salud pública” y bajo los eufemismos de»derechos sexuales y reproductivos”.
Si Trump avanza ejecutando otras acciones similares, como una reducción del financiamiento a la ONU, podría llegar a condicionar la agenda ideológica que este órgano multilateral viene imponiendo en las últimas décadas. Estados Unidos es su mayor contribuyente y sus aportes representan una quinta parte del presupuesto de la entidad.
A nivel global el regreso de Trump se percibe como un momentum, un ambiente propicio para un vigoroso impulso en sentido opuesto al progresismo dominante. Ventanas de oportunidad fueron abiertas. Asociaciones, institutos, líderes políticos y cívicos que trabajan en favor de una agenda de valores fundamentales deben ser asertivos y avanzar con audacia, aprovechando la actual coyuntura la máximo.
La posición abierta y firme del gobierno Trump en los cinco temas aquí mencionados, sus primeras acciones y su “revolución del sentido común” ya están reconfigurando el escenario internacional y pueden incentivar a gobiernos de otros países a tomar medidas similares para reafirmar su soberanía y actuar en consonancia con los valores de sus pueblos.
El “club de la patria y la libertad» integrado por Giorgia Meloni, Viktor Orban, Javier Milei, y ahora Donald Trump, puede recibir en breve nuevos “miembros».
Diego Hernández es director de Comunicación y Desarrollo para Iberoamérica de Political Network for Values.
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