En la víspera de la V Cumbre Transatlántica que se realizará en la sede de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, platicamos con Jaime Mayor Oreja, presidente honorario de Political Network for Values (Red Política por los Valores – PNfV), y nos explica una de las características fundamentales de las cumbres: «en ellas, y en nuestra Red, sumamos a todos aquellos que quieren construir un futuro fundado en valores permanentes».
Mayor Oreja, exministro de Interior y exmiembro del Parlamento Europeo, es uno de los idealizadores y fundadores de PNfV, que vio la luz en 2014 durante la primera Cumbre Transatlántica, también realizada en la sede de la ONU. En aquella edición el tema central era el fortalecimiento de la familia y allí surgieron sinergias importantes, entre ellas con Katalin Novák, actual presidente de Hungría y presidente de nuestra red de 2019 a 2022.
La V Cumbre Transatlántica se realiza el 16 y 17 de noviembre y contará con la presencia de 200 líderes políticos y cívicos de 48 países. ¿Cuál es su relevancia?
Es relevante porque suma en un tiempo en que muchos dividen. Vivimos el final de una etapa de Occidente, que no de Occidente. Es un momento de difícil transición. De ahí la trascendencia de la Cumbre, y de la Red, es importante sumar a todos aquellos que creemos que el debate de futuro se va a producir entre los fundamentos perennes, cristianos, y el relativismo.
La Cumbre de Nueva York se realiza en el marco del 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos ¿Hay algo a celebrar?
La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) de 1948 arrancó una nueva etapa para Occidente, una vez terminada la II Guerra Mundial. El mundo estaba roto y la declaración contribuyó a unir diversos pueblos en torno al reconocimiento de la dignidad de todo ser humano.
Algunos dicen que hoy la DUDH es letra muerta…
Actualmente, de modo progresivo, esta Declaración está siendo sustituida, reemplazada y destruida por una lista de nuevos y falsos derechos. Hay que volver al entendimiento original y a los verdaderos derechos reconocidos y consagrados en ese documento.
El «mal mayor» de las guerras mundiales, fue sustituido por el aborto como «mal menor», el primer falso y nuevo derecho de Occidente.
Y ese primer falso derecho trajo a otros…
El mal se hizo presente de una forma inédita, y a partir de ese momento, como si se tratase de un plano inclinado, llegaron la eutanasia, el «género», el transhumanismo y muchas otras manifestaciones de este nuevo y gran desorden social y moral.
¿Es tiempo de crisis?
Vivimos la decadencia, esto es, la crisis, la debilidad. De ahí que, si en el ámbito exterior tenemos dos guerras simultáneamente, una en el corazón de Europa, Ucrania, y otra en Tierra Santa. En el ámbito interior, el desorden, país por país, parece que no tiene límites.
¿Cuál es la puerta de salida?
Recuperar nuestra alma y el ‘alma’ de Occidente. La regeneración de Europa y de Occidente necesita la recuperación de nuestra alma, para que el sentido de la trascendencia esté presente en nuestra civilización.
El debate del futuro nos exige reencontrarnos con fundamentos, con el alma, con un significado de la trascendencia y para ello, no debemos esconder los valores perennes ni la fe que impulsa a los cristianos. La fe no se impone, pero no se esconde.